August 12, 2007- Apparently Jenni Rivera has become the queen of Mexican Los Angeles. After more than a decade as a club singer best known for her street-wise, strong-woman corridos, she rocketed to a new level of success in 2005 with her "Parandera, Rebelde y Atrevida" CD, and on Friday she easily sold out the 6,000-seat Gibson Amphitheatre.
Though clearly thrilled with her newfound stardom, Rivera didn't rest on her laurels. Her show ran well over four hours, with back-up alternating between a 14-piece brass band and a nine-piece mariachi, and except for three brief pauses for costume changes, she was front and center the whole time.
Two years ago at the smaller Kodak Theatre, Rivera was still doing a version of her wild club shows, complete with frequent shots of Cognac and a lap-dance. Friday, though she still worked her overwhelmingly female audience with the easy humor of a neighborhood girl made good, her show was more restrained.
The song selection ranged over her whole career, but the focus was on this spring's grittily autobiographical "Mi Vida Loca," its numbers driven home by a voice that has gained depth and strength with the years. There were occasional pitch problems, but Rivera has developed into the ranchera equivalent of a power-ballad diva, and it suits her new material.
Rivera comes from the reigning family of Los Angeles Mexican music, with their own record label and a father and several brothers who have racked up hits. But her life has been far from easy, and her current work harnesses the passion of classic ranchera to address issues of domestic violence and single motherhood.
Only after the final costume change -- a spangled black jacket and matching hot pants -- did she snap into her old persona. A trio of corridos led into the low-rider nostalgia of "Angel Baby," a rowdy "Wasted Days and Wasted Nights," a salute to her gynecologist, a tribute to her father and a rousing version of "La Tequilera."
As this reporter staggered out exhausted, Rivera was well into her fifth hour, drinking straight from a tequila bottle as the band hit the opening chords of "I Will Survive," and neither she nor her audience showed any signs of tiring.
Cautiva Jenni Rivera a fans en un show lleno de magia y fuerza latina.
La intérprete recibie durante su concierto Disco de Oro por su álbum "Mi vida loca".
Por Alejandro Espinoza Sánchez.
Enviado Los Angeles, 11 Ago (Notimex).- La cantante Jenni Rivera ofreció la víspera un espectáculo lleno de magia y fuerza latina, en el que al grito de Vivan las mujeres! demostró al público por qué es considerada "La Diva de la Banda". Con el tema "Mi vida loca", título de su más reciente material, y por el que recibió un Disco de Oro, debido a las altas ventas en México, Rivera inició su "show", en el que cautivó a sus fans, quienes abarrotaron el Gibson Amphitheatre, de la cuidad de Los Angeles, California.
Con ocho pequeñas pantallas, distribuidas a ambos lados del escenario y acompañada de su banda Carnaval, la cantante demostró el poder femenino, pues en el foro, más del 70 por ciento eran mujeres, quienes junto con Jenni fueron cómplices de una noche llena de música de banda. En un espectáculo que duró cerca de cuatro horas, el sentimiento, su familia, el recuerdo de amores y desamores estuvieron presentes a lo largo de 40 interpretaciones. Canciones como "Se las voy a dar a otro", "Y qué pasó" y "Escondidas", pusieron a cantar al público, pues cada uno de sus temas fue bien recibido por la concurrencia.
Desde el momento en que salió al escenario, vestida con un traje azul, Jenni conquistó a las cerca de siete mil personas, quienes como ella lo dice, la siguen por sus canciones y porque de alguna forma, sus temas representan parte de la vida de muchas mujeres. El tema "Abro los ojos", fue preámbulo para recibir el aplauso del publico, así como múltiples muestras de cariño por parte de sus admiradoras.
Uno de los momentos más sensibles de la noche fue cuando subió uno de sus hermanos con botella en mano. La artista señaló: "Es una noche llena de tequila y bohemia", para luego cantar con una de sus hijas "Amiga si la ves" y posteriormente, "Se me olvidó tu nombre", que también arrancó gritos de dolor por parte de varias mujeres.
La noche siguió, y canción tras canción, Rivera compartió momentos importantes de su vida, y al estar acompañada por sus padres en esa noche tan especial, dedicó a su madre el tema "Déjame vivir" y le agradeció todo el poyo que le ha brindado. "Cuando llegaron mis padres a este país, mi madre se dio cuenta que estaba embarazada y trató por todos los medios practicarse un aborto para que yo no naciera, pero eso no pasó y mírenme ahora, estoy aquí". Y con lágrimas entregó a su progenitora una rosa blanca. "Muchas gracias por estar aquí conmigo y compartir esta noche".
Luego de una breve pausa, la intérprete apareció con un vestido azul y un rebozo amarillo, que después regaló a una de sus seguidoras. Luego cantó con mariachi los temas "Soy mexicana", "Me gustas mucho", "Le pedí que se quedara", "La farsante" y "Por un amor". "Dicen que soy corriente, pero orgullosamente mexicana", fueron las palabras que utilizó para contagiar su entusiasmo a un público, quien no dejaba de cantar, aplaudir y llorar también junto con ella, los momentos más difíciles que han pasado en su vida.
Posteriormente "La Diva de la Banda" apareció con un vestido rosa y con unas enormes alas que la asemejaban a una mariposa. "Mi vida siempre la comparo con la metamorfosis de una mariposa, pues a pesar de las adversidades he logrado salir adelante". Jenni Rivera atravesó por uno de los momentos más difíciles, luego de que su ex pareja, José Trinidad Marín, permaneciera nueve años prófugo de la justicia, hasta que fue capturado el 22 de abril de 2006 y este año lo declararon culpable de seis cargos de pedofilia y evasion de la justica. Canciones como "Mírame", éxito de la mexicana Edith Márquez, y "Ahora que estuviste lejos", de Marisela, también fueron interpretados con su singular voz y estilo y que al igual que esas alas de mariposa sirvieron para desprenderse, quizás por un momento, de los ratos amargos que le dejó aquella pareja.
"Quiero cantarles esta canción que es una de mis favoritas" y a continuación se dejaron oír los acordes de "No me pregunten por él". En ese momento, el presidente de Fonovisa subió al escenario para reconocer el talento de Jenni Rivera y otorgarle un Disco de Oro por su álbum "Mi vida loca", el cual salió al mercado este año. También recibió otro Disco de Oro por más de 100 mil copias vendidas en México del álbum "Parrandera, rebelde y atrevida", premio que agradeció junto con su público.
Las horas pasaron y Jenni se sentía como en su casa compartiendo con sus hijos, padres, amigos y sus seguidores, quienes siempre la han apoyado. El ritmo del mariachi se dejó sentir de nuevo con los temas "Si nos dejan, "La media vuelta", "Inocente pobre amiga", siempre acompañados por el tequila, que es como un aliciente para la cantante.
Aunque sólo con su voz llenaba el escenario, regresó con un short, saco y sombrero negro para cantar un popurrí y empezar a despedirse de sus fans, con los temas "Dama divina", La tequilera" y "De contrabando". A pesar de que por unos momentos la atención se centró en algunas mujeres que en las filas traseras protagonizaron una pequeña riña, no fue suficiente para desconcentrar al público y por supuesto a "La Diva de la Banda", quien agradeció con ese tema todo el cariño que ha recibido a lo largo de su carrera. Sin embargo, el público pedía más y aunque algunos se retiraron antes, pues ya pasaba de la medianoche, otros permanecieron y corearon el clásico otra. otra!, por lo que Jenni agradeció y regresó al escenario para finalizar con el tema "I will survive", éxito de Gloria Gaynor.